Dres. Pilling S, Baron-Cohen S, Megnin-Viggars O BMJ 2012;344:e4082doi:10.1136/bmj.e4082 | ||||
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Introducción
El autismo es una afección de por vida, que padece el 1,1% de la población adulta y se caracteriza por dificultad en la interacción social y en la comunicación, con conductas rígidas y repetitivas. Aunque en algunas personas el autismo se diagnostica en la infancia, por cada tres casos conocidos hay otros dos sin diagnóstico. En 4 de cada 5 adultos con autismo, el diagnóstico es difícil y hasta imposible aunque puedan presentar todos los síntomas característicos. Es especialmente difícil identificar el autismo con buen funcionamiento (síndrome de Asperger) antes de la etapa adulta y se lo puede confundir con depresión, trastornos de la personalidad o psicosis. La falta de diagnóstico conduce a tratamientos inadecuados y a derivaciones repetidas, especialmente en adultos con autismo y coeficiente de inteligencia > 70 y muchos pacientes sufren la exclusión social y económica. Este artículo es un resumen de las recomendaciones para el autismo del National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE).
Principios generales
Todo personal que trabaje con pacientes adultos afectados de autismo debe conocer: • la naturaleza, el desarrollo y la evolución del autismo; • el impacto sobre el funcionamiento personal, social, educativo y laboral; • el impacto del entorno físico y social.
Identificación del autismo
Se debe considerar la existencia de autismo cuando la persona presenta uno o más de los siguientes: • dificultad persistente en la interacción social. • dificultad persistente en la comunicación social. • Conductas estereotipadas (rígidas y repetitivas), resistencia a los cambios e intereses limitados; y uno o más de los siguientes: • dificultades para obtener y mantener empleo o educación. • dificultades para iniciar o mantener relaciones sociales. • contacto actual o anterior con servicios de salud mental o que tratan problemas de aprendizaje. • antecedentes de trastornos neuroevolutivos (dificultades de aprendizaje, trastorno de déficit de atención e hiperactividad), o trastorno mental. En los adultos con posible autismo, pero sin dificultades importantes de aprendizaje, se recomienda emplear el Autism Spectrum Quotient, 10 items (AQ-10).
Puntuación: cada pregunta vale 1 punto. Cuente 1 punto por Concuerda totalmente o concuerda algo en las preguntas 1, 7, 8 y 10. Cuente 1 punto por Levemente en desacuerdo o categóricamente en desacuerdo en las preguntas 2, 3, 4, 5, 6 y 9. Si el paciente reúne > 6 puntos se derivará al especialista para su evaluación diagnóstica.
Durante una evaluación exhaustiva, recabar la siguiente información:
• signos y síntomas que caracterizan al autismo que estuvieron presentes desde la infancia y persisten en la etapa adulta • antecedentes evolutivos tempranos • problemas de conducta • funcionamiento en el hogar, en el sistema educativo o en el trabajo • trastornos mentales anteriores y actuales (esquizofrenia, depresión, trastornos del estado de ánimo y en especial trastornos de ansiedad y trastorno obsesivo compulsivo • otras afecciones neuroevolutivas • dificultades en la comunicación • sensibilidad hiper o hiposensorial.
Evaluación de la conducta desafiante
Es importante identificar y evaluar los factores que puedan desencadenar o mantener esta conducta, tales como: • trastornos físicos. • entorno social (relaciones con familiares, amigos, compañeros de trabajo). • entorno físico. • trastornos mentales asociados (depresión, ansiedad, psicosis). • problemas de comunicación. • cambios en la rutina o en las circunstancias personales.
Intervenciones en el autismo
En los adultos con autismo y sin discapacidad o con discapacidad mínima para el aprendizaje y que tienen dificultades laborales, se sugieren las siguientes recomendaciones: • asistencia para escribir curriculum vitae y solicitudes de empleo y asesoramiento para entrevistas. • entrenamiento para la conducta ante determinados trabajos. • evaluar la capacidad y la solvencia del autista ante un determinado trabajo. • aconsejar a los empleadores para que efectúen ajustes razonables en el lugar de trabajo. • brindar apoyo continuo al paciente durante su actividad laboral. • brindar apoyo al empleador antes y después de que la persona con autismo comience a trabajar
Para el tratamiento de los síntomas no se deben administrar los siguientes tratamientos: anticonvulsivos, antipsicóticos, quelación, estimulantes de las funciones cognitivas, ocitocina, secretina, fármacos reguladores de la testosterona, antidepresivos y oxígeno hiperbárico.
Intervenciones ante la conducta desafiante
• aportar información sobre una serie de factores ambientales que podrían actuar como desencadenantes de la conducta desafiante. • identificar las tendencias que llevan a la aparición de esta conducta y los factores que la evocan. Las intervenciones psicosociales para la conducta desafiante deben incluir: • identificación con precisión de las conductas deseadas. • modificación de los factores ambientales que pueden contribuir al inicio o el mantenimiento de la conducta. • definición de la estrategia de intervención. • programa de reafirmación y afianzamiento y capacidad para ofrecer reafirmación y afianzamiento en forma inmediata cuando se muestra la conducta deseada. • escala de tiempo para cumplir los objetivos de la intervención (a fin de modificar las estrategias que no producen cambios en determinado tiempo). • medición sistemática de las conductas deseadas antes y después de la intervención para asegurar que las medidas son eficaces. Cuando no hubo respuesta al apoyo psicosocial u otras intervenciones para la conducta desafiante, se podrá indicar un antipsicótico junto con el apoyo psicosocial.
Apoyo a familiares y personas a cargo del autista
Ofrezca a las familias, las parejas y las personas a cargo de adultos con autismo la evaluación de sus propias necesidades, incluido el apoyo personal, social y emocional; apoyo en su función de cuidadores, como el descanso de esta función; consejos y apoyo para obtener ayuda; planificación del cuidado a futuro de la persona con autismo. Ofrezca información, asesoramiento, capacitación y apoyo a las familias, las parejas y las personas a cargo si necesitan ayuda con la atención personal, social o emocional de la persona con autismo.
Superando las barreras
Los médicos de atención primaria y secundaria tienen conocimientos limitados sobre el autismo y sus diversas manifestaciones. Esta falta de conocimientos exige atención específica a fin de que estas recomendaciones sean realmente útiles. Dos temas preocupan especialmente: la identificación inicial en la atención primaria y el enmascaramiento de los síntomas de autismo por enfermedades asociadas en la atención secundaria. Se debería capacitar mejor a los profesionales sanitarios para identificar y evaluar el autismo. Las personas con autismo, en especial los más discapacitados, a menudo caen por las brechas entre la atención médica y la social, especialmente si no tienen manifestaciones de un trastorno mental o de dificultad de aprendizaje. Es un desafío crear servicios integrados de salud y asistencia social para las personas con autismo. El acceso al tratamiento para adultos con autismo también es limitado y comprende no sólo la atención en salud mental, sino también el cuidado de la salud física. La creación de grupos locales de estrategias terapéuticas para el autismo y de equipos multiprofesionales podría contribuir a resolver el problema de acceso al tratamiento. Las familias de los adultos con autismo son las que proporcionan gran parte de los cuidados y el apoyo necesarios. Las recomendaciones señalan que ellos también deben recibir apoyo, ya que sin ellos muchas intervenciones tendrán beneficios limitados.
♦ Resumen y comentario objetivo: Dr. Ricardo Ferreira
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El recorrido que hacen nuestros ojos cuando observamos una
imagen permite predecir qué frases usaremos para describir lo que estamos
viendo.
Esta es la conclusión a la que llegó un equipo de investigadores de la
Universidad de Edimburgo, en Escocia, que analizó la correlación entre el
discurso y el movimiento de los ojos, y descubrió que la forma en que
describimos una imagen no es caprichosa sino que está directamente vinculada al
recorrido visual que hacemos por la imagen antes de hablar.Según explican los investigadores, el patrón que sigue la mirada permite anticipar qué objetos describiremos de una escena determinada, qué relación percibimos entre ellos y cómo ordenaremos las palabras (que siguen el orden de los sitios u objetos en los que hemos posado los ojos), así como la longitud de la frase.
"Notamos muchas diferencias entre la gente", le dijo a BBC Mundo Moreno Coco, uno de los científicos a cargo del estudio. Ante la misma imagen, "algunos hablaron durante mucho más tiempo que otros, describiendo varios objetos, mientras que otros usaron frases muy cortas, concentrándose sólo en uno o dos detalles".
La imagen y el movimiento de los ojos están ligados porque en principio necesitamos ver lo que vamos a describir. Lo que la investigación pone en evidencia es la correlación entre el discurso y "la forma en que hablamos con la mirada", comenta Coco.
Predicción versus generación
Después de ver estas postales, los participantes debían describir la escena tal y como la veían.
Por ejemplo, si los ojos de la persona se dirigían primero al hombre en la foto y luego a la silla, solían decir: "Hay un hombre parado al lado de la silla". O si sus ojos se posaban primero en la silla, luego en el hombre, más tarde en el mostrador y finalmente en un sofá, empezaban hablando describiendo la silla primero, y, como sus ojos se habían detenido a mirar más objetos, se demoraban más describiendo la imagen.
Tras registrar los patrones del movimiento ocular de los voluntarios y las descripciones que hicieron de las escenas, los científicos lograron identificar qué patrón correspondía a qué frase y predecir cuál frase emplearían después de seguir un patrón determinado.
"Demostramos que es posible reconocer la frase con sólo leer el movimiento de los ojos. Ahora, el paso siguiente es ver si podemos, a partir de un patrón de movimiento, generar una frase. Es decir, analizar un patrón de escaneo de una imagen y generar una oración sin contar con ninguna clave lingüística", señaló Coco.
El científico reconoce que sería interesante observar también si el recorrido visual varía según el género o la cultura del sujeto, pero aclara que el estudio no se concentró en estas variables.
De la teoría a la práctica
En el campo de la práctica las conclusiones de la investigación, como mencionamos al comienzo, podrían ayudar en el desarrollo de las aplicaciones para personas discapacitadas que sufren algún tipo de parálisis y no pueden hablar."Creo que esta clase de estudios puede servir para desarrollar interfaces para usuarios basadas en la información provista por el movimiento de los ojos. Si estás confinado en una cama puedes usar tus ojos para generar frases"
Moreno Coco, Universidad de
Edimburgo
En opinión de Changsong Liu, un investigador de la Universidad del Estado de Michigan, en Estados Unidos, que no está vinculado a esta investigación, los resultados de este estudio pueden ser un aporte para el diseño de cualquier interface entre computadoras y personas que se basa en claves visuales para mejorar los programas de reconocimiento de voz.
Actualmente Coco y su equipo están investigando el papel de la coordinación visual y los procesos lingüísticos en un diálogo entre dos personas.
"Nuestro foco está puesto en cómo se coordinan los movimientos de los ojos entre dos individuos cuando están resolviendo juntos un mismo problema. Queremos descubrir la asociación exacta entre lo que están mirando y lo que están diciendo ".
"Lo que estamos tratando de identificar es si la coordinación de estos movimientos le permite al par realizar la tarea de forma más exitosa", explicó el investigador.