jueves, 30 de agosto de 2012

ASPIRNA Y CORAZON

El tomar una aspirina diaria para el corazón no es ni necesario, ni seguro para todos

ESTIMADA MAYO CLINIC:
Escuché que tomar una aspirina infantil a diario puede disminuir el riesgo de sufrir un ataque cardíaco. ¿Es cierto eso?

RESPUESTA del Dr. Brian Shapiro, Enfermedades Cardiovasculares, Mayo Clinic de Jacksonville en Florida, Estados Unidos:

Tomar una aspirina diaria podría ser lo adecuado en ciertos casos, pero no en todos. Una aspirina al día podría ser provechoso para algunas personas con ciertos antecedentes de problemas cardíacos, de accidente cerebrovascular o de diabetes; pero para otros, en cambio, tomar una aspirina diaria no necesariamente disminuiría el riesgo de sufrir un ataque cardíaco y, en ciertos casos, podría ser hasta peligroso. La decisión de tomar una aspirina diaria debe basarse en una recomendación médica.
La aspirina actúa como anticoagulante y puede disminuir la capacidad de coagulación del organismo. Cuando una persona sangra, se desencadena el proceso de coagulación de la sangre en el que las plaquetas se acumulan alrededor de la herida para ayudar a sellar la abertura en el vaso sanguíneo y detener el sangrado. Por otro lado, las arterias que proveen sangre al corazón pueden estrecharse debido a la acumulación de depósitos grasos, afección conocida como ateroesclerosis. Cuando uno de esos depósitos se descompone o rompe, rápidamente puede formarse en la superficie irregular expuesta un coágulo sanguíneo que obstaculiza la arteria y disminuye el flujo sanguíneo hacia el corazón, ocasionando un ataque cardíaco. Tomar una aspirina diaria disminuye el aglutinamiento de las plaquetas, dificultando la formación de un coágulo que obstaculice el vaso sanguíneo y por lo tanto, posiblemente previniendo un ataque cardíaco.
Los efectos de la terapia con una aspirina diaria han sido investigados extensamente. La aspirina diaria parece beneficiar más a algunas personas, tales como los pacientes que han sufrido un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, quienes corren riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, y aquellos que padecen de dolor del pecho o angina derivada de alguna enfermedad de las arterias coronarias. Además, a algunos diabéticos, especialmente los mayores, también pueden beneficiarles una aspirina diaria.
No obstante, las investigaciones no han demostrado beneficios claros de la terapia con aspirina diaria para las personas que no encajan dentro de esas categorías. Algunas organizaciones de salud han recomendado que algunas personas sin antecedentes de ataque cardíaco tomen una aspirina diaria, pero este es un punto controversial dentro de la comunidad médica.
La terapia diaria con aspirina podría ser nociva para algunas personas. Tomar una aspirina podría conducir a otros problemas de salud graves, por ejemplo, en las personas que padecen algún trastorno de sangrado o que sufren alguna enfermedad cardíaca que interfiere con la capacidad de coagular del cuerpo, en quienes tienen alergia a la aspirina o en aquellos con úlceras estomacales sangrantes o tendencia a desarrollar úlceras.
Si el médico le recomienda tomar una aspirina diaria, asegúrese de saber la dosis recetada para su caso. Las dosis de la aspirina normalmente oscilan entre alrededor de 81 mg diarios (que es la dosis de la aspirina infantil antes mencionada), hasta aproximadamente 325 miligramos (que es la cantidad contenida en la mayoría de tabletas de potencia normal). Cualquier otra dosis mayor de aspirina no ejerce más efecto sobre la coagulación que estas dosis menores.
Usted no debe tomar una aspirina diaria sin antes consultar con el médico; y si ese profesional le recomienda que la tome diariamente, cumpla con las recomendaciones exactas.
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Imágen © iStockphoto.com / Ron Keller

CEREBRO Y A ZUCAR..BBC SCIENCE



comer-pastelNormalmente, si de forma racional consideras que el pastel que te ofrecen no es el bocado más saludable para ti, tu corteza prefrontal intentará que venza el autocontrol y que lo rechaces con un sencillo “No, gracias”
. Pero imagina que te brindan un apetitoso dulce tras llevar toda el día de reunión en reunión, estudiando para un examen, o simplemente sometido a demasiado estrés.
En ese caso, la corteza prefrontal, agotada por tanto esfuerzo, no tendrá energía suficiente para vencer la tentación.

Además, en condiciones de estrés, bastará con ver la comida para que aumente tu concentración sanguínea de la grelina, también conocida como hormona del hambre, y por lo tanto tu apetito.
 Si a esto se suma que has pasado demasiadas horas sin llevarte nada a la boca y que a tu cerebro le falta azúcar -su único combustible-, las neuronas del hipotálamo harán que se hiperactiven las señales de las áreas relacionadas con la recompensa, liberando opioides naturales que actúan de manera similar a la heroína y hacen que aumente el placer que causa saborear un dulce, a la vez que le “tapan la boca” a la corteza prefrontal para que el resto del cerebro no escuche sus órdenes
. Y así, desde luego, no hay quien se resista.