lunes, 29 de octubre de 2012

NO HAY MAS EXCUSAS PARA NO HACER EJERCICIO

La actividad física reduce el apetito en las mujeres

Si quieres comer menos, ponte en acción. A diferencia de lo que muchos creen, un nuevo estudio ha detectado que luego de hacer ejercicios, a las mujeres no se les abrió más el apetito que después de haber estado en reposo. Aquí te contamos mas detalles sobre este hallazgo, que puede ser un nuevo motivo para que comiences tu rutina de actividad física y no la abandones.
Cada vez que Fabiola llega del gimnasio abre el refrigerador y toma una porción de lo más rico que encuentra para comer mientras descansa frente al televisor. ¿La justificación? Que ha gastado mucha energía y calorías con el ejercicio y necesita reponer las fuerzas.
Para ella, y todas las Fabiola que seguramente harán lo mismo, he aquí un nuevo estudio según el cual esta afirmación no es más que una excusa para comer algo que se les antoja. Pues al parecer, el ejercicio no les abrió el apetito a un grupo de mujeres luego de hacer ejercicios. Incluso comieron menos que cuando estuvieron en reposo.
Se trata de una pequeña investigación que fue publicada en línea en la edición de octubre de la revista Medicine & Science in Sports & Exercise, según la cual apenas 45 minutos de caminata a paso vigoroso serían suficientes para reducir la respuesta cerebral a la comida ese día, independientemente del peso de la persona.
Para llegar a estos datos, unos científicos de la Universidad de Brigham Young, en Estados Unidos, midieron la actividad cerebral de 18 mujeres de peso saludable y 17 mujeres obesas, mientras observaban fotografías de comidas (y luego imágenes de flores, para que sirvieran como “control” o comparación).
Luego, los investigadores tomaron las medidas cerebrales dos veces. La primera, una hora después de que las mujeres caminaran a paso vigoroso en una cinta, durante 45 minutos. La segunda, una semana más tarde, una mañana en que las mujeres no hicieron ejercicio.
En ambos momentos, las participantes anotaron lo que comían y la actividad física que hacían. Lo sorpresivo fue que las mujeres no sólo mostraron mucho menos interés en la comida tras el ejercicio, sino que tampoco comieron más ese día para “compensar” por las calorías que habían quemado.
Si bien todavía es necesario contar con más datos para determinar cuánto tiempo dura la reducción en la motivación por la comida tras una sesión de ejercicio, sobre todo si la gente participa en regímenes de ejercicio a largo plazo, estos hallazgos brindan nueva información sobre cómo el ejercicio podría afectar la forma en que las personas responden a las señales alimenticias.
Ahora lo sabes. Si hacer ejercicios era la excusa para comer de más, empieza a buscar otra. Pues mantener una rutina de actividades físicas no sólo ayuda a combatir el exceso de peso y a mantenerte en forma sino que también podría ayudarte a disminuir la cantidad de comida que consumes.
Y no sólo eso, también te ayuda a mantener una buena salud: es buena para el corazón, la diabetes, el colesterol, y hasta para reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. ¿Todavía buscas más excusas o ya estás pensando en poner en práctica una nueva rutina de alimentación y de ejercicios?

LA DIETA MEDITERRANEA PUEDE REGULAR TU PESO

Para no recuperar el peso perdido, la dieta mediterránea es la ideal

Si se tratara de un concurso de belleza, la dieta mediterránea ¡sería la reina! Pero esta vez ha conseguido el cetro y la corona en otra competencia: la de mantener el peso deseado después de un régimen para perder el que sobra. Si ya has bajado esos kilos o libras de más, aquí encontrarás una variedad de sabores y delicias que pueden ayudarte a mantenerte en forma sin grandes sacrificios.
Muchas personas logran seguir una dieta y bajar los kilos o libras que tenían de más. Sin embargo, lo más difícil es mantenerse en el peso deseado una vez que ésta termina y se vuelve a la normalidad. Para evitar recuperar el peso perdido con tanto esfuerzo, hay programas de alimentación especiales, algunos de los cuales pueden incluir asistencia terapéutica y/o sesiones de grupo para compartir experiencias y mantener el entusiasmo y una motivación elevada.
En verdad, hay muchas recomendaciones y diferentes técnicas. Entre ellas, la dieta mediterránea ha demostrado tener éxito, y lo mejor de todo es que no necesitas grandes sacrificios ni privaciones para seguirla, pues sólo es necesario saber elegir correctamente los alimentos entre una amplia variedad de opciones.
Así lo ha demostrado un estudio reciente desarrollado por unos investigadores del Centro de Investigaciones Nucleares Negev en Dimona, Israel. Los científicos evaluaron a tres grupos de personas que seguían distintos planes para perder peso durante cuatro años: uno de ellos seguía la dieta mediterránea, otro siguió una dieta baja en carbohidratos y el tercer grupo no tenía limitaciones de calorías.
Al inicio del estudio, la mayoría de los participantes eran considerados moderadamente obesos y luego de cuatro años, tras haber terminado el estudio, quienes seguían la dieta mediterránea no sólo fueron los que más peso habían perdido sino también quienes más continuaban practicando ese plan alimenticio.
Además, según estos resultados que fueron publicados en la revista New England Journal of Medicine, los participantes que siguieron la dieta mediterránea tuvieron mejores niveles de colesterol total (es decir, la suma de los valores de todos los tipos de colesterol en la sangre, los de alta y baja densidad más el VLDL, la lipoproteína de más baja densidad), que los participantes de los otros grupos.
La dieta mediterránea se basa en comer bastantes frutas, verduras y granos integrales, alimentos que por naturaleza son bajos en grasa y sodio, además de no contener colesterol. Del mismo modo, el pan y las pastas generalmente se preparan a base de granos integrales (y no refinados, así no pierden su valor nutritivo), y son una excelente fuente de fibra y contienen vitaminas y minerales.
Asimismo, la alimentación mediterránea incluye el consumo de mariscos o pescado al menos dos veces por semana, menos cantidad de productos lácteos como queso y yogur, porciones pequeñas de frutos secos y semillas a diario. Esta dieta se caracteriza también por consumir muy pocos dulces y confituras, sazonar las comidas con especias y condimentos especias en lugar de sal, realizar mucha actividad física y comer en compañía de familiares y amigos.
Por supuesto, el aceite de oliva es uno de los condimentos característicos de la dieta mediterránea. Este tipo de aceite contiene grasas llamadas mono-insaturadas, que pueden ayudar a disminuir los niveles de colesterol “malo” (LDL o de baja densidad) si se utiliza en remplazo de las grasas saturadas.
Otras grasas sanas propias de la alimentación mediterránea son las poli-insaturadas y los ácidos grasos omega 3 que se encuentran presentes en los aceites vegetales, en los frutos secos (nueces, avellanas, etc.) y el pescado, que son considerados beneficiosos porque ayudan disminuir los triglicéridos (que son un tipo de grasa en la sangre), y a mejorar la condición de los vasos sanguíneos al disminuir la cantidad de placa que se acumula en sus paredes y los hace más estrechos.
La carne roja, a su vez, no es un componente fuerte de la alimentación mediterránea. En cambio, se prefieren las leguminosas (un tipo de alimento vegetal entre las que se encuentran los frijoles o habichuelas, arvejas, chícharos o guisantes y las lentejas), que son fuentes de proteínas, generalmente bajas en grasa y sin colesterol.
Parece abundante y sabrosa, ¿verdad? Pero eso no es todo. Seguir la dieta mediterránea no sólo es bueno para mantener el peso deseado sino también para verte más joven y mantener una buena salud a largo plazo. Unas investigaciones previas han relacionado a la dieta mediterránea, por ejemplo, con una mejor salud del corazón, una mayor longevidad en las personas mayores y -atención muchachos- con una mejor calidad de la erección.
Como puedes ver, hay muchos motivos para seguir esta dieta. Anímate a mantener un plan de alimentación saludable. Lo que funciona no es la restricción, sino la selección adecuada de alimentos que favorecen tu salud, lo que debe convertirse poco a poco en un hábito nuevo.
El grupo que siguió una dieta baja en carbohidratos también logró buenos resultados para bajar y mantener su peso deseado. Puedes armar varias combinaciones de acuerdo a tus gustos y tus posibilidades. Consulta con un profesional calificado(a) para que pueda asesorarte, sobre todo si tienes algún problema de salud que requiera una dieta especial y luego, anímate a cambiar tu alimentación para vivir mejor por más tiempo sin dejar de disfrutarla.
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